Historia

Historia de Cortijo Bacares

El nombre de la casa Cortijo Bacares es el topónimo con el que se creó y es un término muy frecuente en la comarca, baste por ejemplo citar la Tetica Bacares en el cercano Parque Natural Sierra de Baza o el arroyo Bacares. Para algunos hace referencia a que en el lugar podían pastar vacas y esta idea se apoya en el hecho de que en algunos planos aparece escrito como “Vacares” mientras que para otros hace referencia al apellido de la familia que vivió en la casa.
Las primeras referencias que se tienen del cortijo datan de principios del siglo XX en donde aparece como “Cortijo Vacares” en el que vivían dos familias que se dedicaban a la agricultura, esencialmente al cultivo del cereal de secano. Hacia finales de los años 60-70 fue abandonado debido a la fortísima emigración del campo a la ciudad, especialmente a las zonas costeras, en pos de un trabajo de mayor calidad y menor dureza y fue deteriorándose hasta el punto de ser declarado en ruina. En los años 90 la actual propietaria y su familia se asentaron en Freila, término municipal al que pertenece la casa y compró el cortijo y las 8 hectáreas que lo conforman, que en ese momento estaban en manos de tres familias distintas. Entonces comienzan las labores de restauración y conservación tanto de la casa como del entorno que culminan en el
2005 cuando el cortijo abre sus puertas como Casa rural inscrita en registro de turismo andaluz como CR/00128 y que continúan en estos días siempre en una mejora continua en la que el hilo conductor es el respecto por el sistema de vida de nuestros antepasados y la difusión de su cultura, el cuidado del medio ambiente y el reciclaje y reutilización de los materiales.
El tratamiento arquitectónico del espacio responde a todo lo que quedaba de la obra original dando como resultado la rehabilitación-conservación del cortijo tal y como fue concebido en sus días. Así el cortijo se estructura en tres unidades de vivienda independientes atendiendo a los usos tradicionales del mismo: la vivienda que es el actual Bacares 1 y los corrales y pajar que es el actual Bacares 2. Las marraneras y el aljibe son el actual Bacares 3 y la actual piscina que ocupa lo que era la zona de huerta.
En su día, en donde los medios de transporte no eran como los actuales, los cortijos surgían como elementos independientes y autosuficientes, es decir, proporcionaban a la familia todo lo necesario para su supervivencia. Así contaban con zonas para los animales: corrales para cerdos, gallinas, pavos, conejos, cabras…que se iban construyendo sin un plan definido anexionando dependencias según las necesidades.
La unidad de vivienda no era ni la más grande, ni la más importante, pues sólo servía para dar cobijo a sus habitantes, pero en ella destacaba el hogar, la chimenea, junto con el horno para fabricar su pan. La tierra y el huerto donde se sembraban los alimentos que se iban a utilizar durante el año y por último el aljibe donde se almacenaba agua de lluvia para el escaso aseo personal (no se podía pensar siquiera en una ducha diaria como hoy en día), para la comida y para regar ese huerto que servía de sustento para todos. Pues bien en este cortijo y por medio de la rehabilitación se han subrayado esas características. El aljibe como eje de vida se mantiene en la actualidad y los usos y costumbres pasados se ponen de manifiesto en las habitaciones temáticas por medio de la decoración.
De forma paralela a la restauración de las viviendas hemos ido llevando a cabo programas de repoblación en cortijo Bacares y en distintos terrenos del término municipal de Freila computando hasta el momento la plantación de más de 20.0000 árboles. En un primer momento la repoblación se realizó con especies propias de la zona, esencialmente Qerqus Ilex que no prosperaron debido a las sucesivas olas de sequia de los años 90 con lo que fueron sustituidas por repoblación de pino carrasco que en la actualidad goza de muy buena salud. Así el exterior cuenta con una superficie total de 8,649 hectáreas repobladas con pino carrasco, salpicado de encinas (Qerqus ilex) que son el testigo del antiguo bosque mediterráneo que ocupaba todo el llano de Fazares en el que se asienta el cortijo.
Almendros de crecimiento espontáneo y matorral de bajo porte (esparto, tomillo, retamas, lactonares, jaras…) que se han convertido en refugio de una nutrida fauna de perdices, conejos, topillos y zorros. La idea esencial de esta pequeña empresa es crear un espacio en el que ya no solo se persiga reducir la huella de la actividad al máximo sino que se creen pantallas naturales de protección de la zona ante el progresivo avance el desierto. Ello unido a la restauración y reutilización de materiales, al reciclaje de los mismos apostando por un consumo racional del medio, la disminución del consumo de agua y el ahorro de energía han valido que en el 2022 Cortijo Bacares entre a formar parte del selecto club de “Soy Ecoturista”, pasando con anterioridad por pequeños hitos como el premio al mejor destino Andaluz en 2008 gracias a la difusión de los usos y costumbres de la cultura popular de la zona junto con los criterios de mejora continua que hicieron que Cortijo Bacares implantara la primera “Q” de calidad para alojamientos rurales de la provincia de Granada.